¿Papi, me dejas tener novio?
(Seriedad e importancia del noviazgo)
Esta pregunta quizás pudo darse en un país imaginario, pues lo común y silvestre entre nosotros, es que los padres de familia sean los últimos en enterarse de los noviazgos de sus hijos.
El diálogo lo imaginaríamos así:
- Hija, pero esto te puede perjudicar en el estudio…
- ¡Por Dios, papi!. No me gusta que digas «eso». El amor del noviazgo, que es tan bonito, ¿se puede llamar «eso»?
- Bueno, no es para tanto. Veamos. ¿Cuánto hace que conoces a ese muchacho?
- El sábado cumplimos tres meses. Pero solamente la semana pasada me dijo que quería ser mi novio.
- ¿Y de qué posición social es el muchacho ese?
- -Papi, ya vuelves con el «ese»… ¿Estás creyendo que lo más importante es la posición social? ¿Quieres saber de quién es hijo y cuáles son sus apellidos?
- Bueno, hija. No vamos a pelear. Dejemos a un lado la posición social. ¿Qué cualidades le ves a tu novio para que puedas pensar en un matrimonio?
- Papi, cada vez me desconciertas más. Primero que la posición social, y ahora dices que ya estamos pensando en casarnos. Por eso es que no se puede dialogar con ustedes.
- Bueno, hija. No vamos a armar la de San Quintín. ¿A ver, qué entiendes tú por noviazgo?
- Papi, Elkin es un muchacho muy completo. No te lo imaginas… Estudia cuarto semestre de administración. En su casa dicen que es el mejor de los hijos…
- Todo eso puede ser cierto. Pero antes de conocer a mi «futuro yerno», ojalá me dijeras qué entiendes por noviazgo.
- No, papi. Primero yo quisiera saber qué entiendes tú.
- Te lo voy a decir, a ver si nos ponemos de acuerdo. Yo entiendo por noviazgo la época en que los jóvenes que tienen intenciones de encaminarse al matrimonio, se están conociendo para saber si juntos, encontrarían la felicidad.
- ¿Papi, pero es cierto que es muy peligroso?
- Hummmhh… Esto necesitaría una respuesta larga y amplia… (Y el papi, inseguro, acude mentalmente al último artículo que leyó sobre el tema).
- Hija, «muchas veces se dan amistades entre jóvenes que no son propiamente noviazgo, porque todavía no hay la madurez suficiente para pensar en matrimonio. Pero eso es muy interesante. Porque el amor, la amistad, son una etapa necesaria en la adolescencia y en toda la vida del hombre». Y yo siento tristeza cuando algunos educadores miran el noviazgo como un peligro permanente y hablan a los muchachos únicamente de «las tragedias sexuales». Yo creo, sin dejar de pensar en el pecado original, que con una buena formación en el hogar, se puede llegar a unos noviazgos muy bonitos y muy «personalizantes», como dicen ahora.
- ¿Papi, cuál crees tú que serían las cualidades de un buen noviazgo?
- Creo que la sinceridad y la libertad. El amor del noviazgo debe ser sincero: Que no esconda los propios defectos, que sea recto, como una amistad profunda, que piense en serio en el bien del otro y no se vuelva un juego o un pasatiempo. Y luego la libertad: Para decirse lo que piensa el uno del otro, para romper el noviazgo en el momento en que se crea que no vale la pena, o que no es el camino para un futuro feliz.
- Papi, esto hay que volverlo a conversar otro día.
- De acuerdo, hija. Todos tenemos mucho que aportar a este tema. Los jóvenes y los mayores.
- Pues yo propongo que el siguiente diálogo sea contigo, con mami y también con Elkin.