Mami, se comió mi tostada
(Paz, capacidad de compartir, armonía)
¡Y él me quitó la mermelada!
- Devuélvesela, Tomás. Y tú, Eduardo, pásale la mermelada.
- No, mami, porque él es muy egoísta y se comió todo el huevo.
- Dios mío, ¿no puede haber paz en esta casa? Tú, Claudia, trae más huevo de la cocina.
-¿Por qué siempre las mujeres, mami?
- Tienes razón. Anda tú, Tomás.
- Vea pues, ya me pusieron de mandadero.
- Sí, dice la mamá. Tú te comiste todo. Ahora, tráeles más a tus hermanos.
- Bueno, se acabó la guerra, dice Pipe que tiene doce años. ¿pero mi pregunta en qué paró?.
- Ay, no me dejaban contestar, dice la mamá.
- Que me estabas diciendo que uno no se muere, sino sólo en el cuerpo.
- Ve con lo que sale éste, interrumpe Tomás.
- Por Dios, ordene en la sala, responde la mamá. Hay algo más importante que la mermelada.
- Tranquilo, Pipe - dice Eduardo el más pequeño- que uno no se muere, sino de rabia.
-¿Cómo, Eduardo? - pregunta la mamá- ponle seriedad al asunto.
- No, mami, porque tú dices que nos vamos para la otra vida. Y ¿cómo nos vamos a ir si estamos muertos?
- Mi amor, es que lo que se muere es la piel, los huesos, todo lo que somos por fuera. Y lo que se va para la otra vida, es lo que nos hace conocer, pensar y amar.
- Yo sé - dice Claudia- eso se llama el alma.
- Sí, Pipe. Ahora en Semana Santa vas a ver las procesiones y el Viernes Santo vamos a revivir la muerte de Cristo.
-¿En la cruz, mami?
- En la, cruz. Pero el domingo de Pascua estaremos todos felices porque es el día en que celebramos su resurrección. Y nosotros también vamos a resucitar si lo amamos, y creemos en él.
-¿Entonces uno no se muere del todo, ni se queda solo?
- No. Uno pasa a una vida mucho más hermosa. A estar con Dios y con las personas que ama.
-¿Y todos los niños van donde los abuelos por los huevos de Pascua, como hacemos nosotros?
- No, Tomás. Unos tienen esa costumbre y otros celebran la Pascua en otra, forma. Pero todos nos alegramos en común y lo manifestamos, compartiendo esa felicidad de la Resurrección de Cristo con los que nos rodean.
-¿Por eso cantan aleluya?
- Por eso, Pipe, porque con el Señor el mundo se llena de alegría!